Algunas sociedades se asemejan a los tripulantes de un antiguo barco romano de remos.
La mayoría rema para alcanzar la orilla, esforzándose, mientras en la oscuridad de la bodega, las alimañas disfrutan de lo mejor que ella contiene.
Cuando el barco está amenazado de hundirse, quienes remaban se ocupan de sortear la situación procurando una solución, mientas las alimañas son las primeras en huir, pero se olvidan que ya no están en tierra firme, mareadas por el empacho de la ambición y la desmesura. (Anónimo)
CORRUPCION
Cuando el Chango llegó a la rada el perro, la lagartija y el lobo de mar lo recibieron como a un amigo querido. El Chango se instaló en el centro de la caleta con el pleno consentimiento de los animales. Nunca nadie habló de propiedad. López fue el primero que lo hizo. Señaló que había que regularizar la propiedad de los bienes y que cada uno recibiría lo que era suyo. El se quedó con la playa, el lobo con el mar y la lagartija con los requeríos. El perro con "todo lo demás".
El primer conflicto surgió con el perro, cuando en un solo día fue desalojado por el Chango, la lagartija y el lobo de mar.
El perro se presentó ante López y le dijo:
- Chango. Tú eres la autoridad aquí. ¿Cuál es específicamente mi pedazo de suelo?
- Yo no tengo injerencia en eso. Pregúntale a la lagartija que está como repartidora de terrenos.
- Entonces el perro se dirigió ante el micro-reptil. Este le respondió:
- De acuerdo a mis planos, tú no tienes ningún sitio.
- ¿Y cuáles son los terrenos del lobo de mar?
- Tampoco tiene propiedad de suelo. Tenía preferencia para derechos en el litoral pero no los solicitó en el plazo establecido por lo cual se acogió una solicitud del Chango.
- O sea que nuestra única autoridad es dueño de la playa y el mar.
- Eso es falso. Hay otros dueños.
- ¡Claro! Tú, lagartija... el repartidor.
- Mira perro. Anda a reclamar a otra parte. Los títulos se ajustan a derecho.
- Mira lagartija. En esta rada todo es legal. Las inmoralidades más grandes se ajustan a derecho.
Por eso somos ejemplo en todo el continente
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CORRUPCIÓN: ESA TRAICIÓN A LA DEMOCRACIA
(Anónimo)
EL BURRO QUE SE CAYÓ A UN POZO
…un burro que se cayó a un pozo profundo. El animal lloró por horas mientras su dueño, un campesino de escasos recursos, se desesperaba por rescatarlo. Pero no tenía arreos suficientes ni tampoco se los proporcionaron sus vecinos. Finalmente decidió que el pobre burro era viejo y que el pozo estaba seco. No había más alternativa que tapar ese pozo inservible y darle impiadosa sepultura al animal. Con lágrimas invitó a sus vecinos para que lo ayudasen en la tarea macabra. Cada uno alzó una pala y empezó a arrojar tierra dentro del enorme hueco. El burro se dio cuenta de lo que estaba pasando y lanzó rebuznos que partían el alma. Pero luego de unas cuantas paladas el condenado animal se aquietó, aparentemente resignado a su destino tan horrible. El campesino, pensando que hubiese muerto asfixiado, se acercó para espiar el fondo del abismo. Fue grande su sorpresa al descubrir lo que menos imaginaba. El burro hacía algo increíble tras recibir cada descarga de tierra: sacudía su lomo con fuerza y pisaba por encima. Pronto todos quedaron sorprendidos al ver emerger el burro y salir trotando a campo traviesa.
Esta historia podría aplicarse a
EL ÁGUILA Y EL GUSANO
Cuenta una fábula, que una vez un águila quiso subir a una alta cima. Para eso, agitó sus alas y, después de gran esfuerzo, pudo ver alcanzada su meta. Al llegar a la cima, el águila se sorprendió al ver en la parte más alta a un gusano. Su orgullo se sintió herido y preguntó: ¿Gusano: Cómo llegaste hasta aquí? El gusano respondió: arrastrándome, doña Águila, arrastrándome.
La fábula nos demuestra que hay dos formas de alcanzar las metas. Una de ellas es usando los atributos de que el Creador nos dotó y la otra es en la forma del gusano. Esta fábula es aplicable al sector público.
Hay funcionarios que buscan escalar posiciones en el sector público, preparándose teóricamente en forma concienzuda; asumiendo nuevas funciones y responsabilidades, aunque no se les paguen; actuando con transparencia y honradez ante sus compañeros; negándose a adular a los políticos de turno y no apoyando los actos de pillaje contra el erario público y los maltratos hacia los ciudadanos.
Lamentablemente, hay otros que usan la filosofía del gusano. Rehuyen a las nuevas responsabilidades, alegando que eso no les corresponde. Apuñalan a sus compañeros a sus espaldas con su lengua viperina. Se arrastran impúdicamente ante los políticos de turno y no dudan en callar e incluso en colaborar en los actos indecentes que éstos realizan. (Anónimo)
